Resumen de la sesión 01
Miércoles 14 de junio de 2017, Madrid, Bilbao, Barcelona, Sevilla, Alicante, Tlaxcala de Xicohténcatl, New York, París.
¿Por qué la participación?
Asier: a lo mejor tenemos que cambiar la pregunta. El por qué nos lleva al origen, nos complica le reflexión. Yo prefiero pensar en el para qué. Se me ocurren 2: 1- Incidir en lo inmediato. La falta de tiempo me impide participar. 2- La complejidad de los retos. Solos no podemos. El mercado no va a resolver nuestros problemas, igual que no lo va a hacer el papá Estado.
Ricardo: el no participar no nos está yendo bien. Como que no queda otro remedio. Habíamos perdido la costumbre de participar y ahora cuesta, pero ante el panorama que vivimos nos vemos obligados a buscar soluciones y eso nos devuelve, por ejemplo, a la participación.
Pedro: creo que deberíamos empezar a hablar en plural, de los diferentes modos de participar. No sé si hay una sola forma de participar, creo que hay que generar muchos más espacios de participación. Intentar buscar otro tipo de indicadores que no sean el puramente cuantitativo. Hablar de “la participación” parece que nos lleva a todos a un mismo sitio, cuando no debiera ser así.
Jon: a mí sí me parece relevante la pregunta del por qué. ¿Por qué? Porque ha habido un gran retroceso democrático. La crisis no es meramente económica, sino política. Los modelos existentes siguen sin dar una respuesta a por qué está pasando esto. Y entonces me arriesgo a decir que a lo mejor está emergiendo una conciencia de lo común. Un espacio que está surgiendo entre las empresas y lo público, con unas demandas de la población que los sistemas de representación actuales no están pudiendo responder.
Domenico: después de estas presentaciones, quisiera empezar a articular un debate. Y yo empezaría por lo que decía Pedro acerca de las participaciones. Un proceso de participación institucional debiera entenderse como el inicio de un proceso multiplicador, que incluso nos lleve a lugares desconocidos… lo que en realidad sería óptimo.
Ricardo: eso sería lo ideal de esos procesos pero nos encontramos muy lejos de esa situación. Lo normal es que estén muy ordenados y al servicio de un objetivo institucional. El tema es cómo podemos dirigirnos hacia esa situación ideal. Elinor Ostrom se refería a 3 factores fundamentales para la gestión de los bienes comunes: confianza, reconocimiento y reciprocidad. Si pensáramos en la implementación de estos 3 factores en los procesos institucionales, quizás pudieran emanciparse, haciendo a las personas copartícipes y responsables de ellos.
Maite: estoy de acuerdo en que estos 3 factores son fundamentales para que nos hagamos cargo de los procesos de participación. Y también estoy de acuerdo con Dome en que hay que abrir procesos que nos puedan llevar a conclusiones inesperadas.
Jon: se trataría de entender la política de una manera no finalista. Estos procesos, generando confianza, reconocimiento y reciprocidad, serían un momento político en sí mismos. No pensar en la política como algo instrumental, dirigido a unos resultados. Esta otra acción política trataría de generar espacios.
Asier: yo sí veo, quizá debido a la distancia, situaciones que se están produciendo en algunos sitios que sí me parecen muy interesantes. Y yendo a lo pequeño, a lo cotidiano, desde mi trabajo de consultor, también estoy acompañando procesos en los que personas quieren cambiar algo. Es cierto que fundamentalmente viniendo de la rabia, la indignación. Una rabia legítima. Tengo dos miradas, la del límite y la frustración y la de las pequeñas imágenes que me dicen que si las junto puedo tener algo. Y muchas preguntas, muchas preguntas.
Pedro: siguiendo el tema de la confianza, quisiera hablar de la disidencia. La disidencia del que quiere participar para decir no. En los procesos institucionales en los que hemos participado siempre ha sido difícil vehicular esa postura. Es complicado que se den los espacios para el no. Y luego el tema de los tiempos, los plazos, que pueden dibujar una arquitectura de la participación compleja, no accesible.
Luis: nos está costando un poco debatir. No sé si consideráis que puede ser útil volver a preguntas concretas que nos provoquen un poco. Por ejemplo, como nos decía Patxi Bercianos en el Discourse, ¿creéis realmente que ahora tenemos más y mejor participación que en la Transición? Y como decía Jon, ¿están las clases populares participando?
Ricardo: a mi me parece interesante esta sensación de que necesitamos obligarnos a concretar, a responder preguntas. Una especie de ansiedad, que también pueden tener los procesos de participación, por la necesidad de obtener un resultado. A veces pautamos demasiado, ponemos reglas en exceso y es porque en realidad la gente tiene poco tiempo para participar. Todo tiene que ocurrir muy deprisa y los expertos en participación tenemos que enfocarnos a que todo suceda rápido y concreto. Y entonces las personas que van a participar son las que ya tienen prisa por participar, porque tienen unos intereses muy concretos o porque son expertas en participar, profesionales… A lo mejor tenemos que buscar esa inercia para que se produzcan esos escenarios. No tengo claro que las nuevas herramientas que nos están permitiendo un aumento cuantitativo de la participación estén realmente dando voz a esas otras personas. Yo me preguntaría al servicio de quién están esas prisas, esa ansiedad y esas pautas. No creo que sea al servicio de las personas.
Jon: a mi también me ha interesado mucho lo que ha comentado Pedro de la disidencia y de la participación desde la negación. Cómo podemos crear espacios de participación donde esto sea posible. Me parece una idea muy potente.
Asier: la disidencia es una manera de participar. La participación es algo ciudadano y los ayuntamientos si van, van detrás. Rabias o indignaciones conectadas. Una construcción desde la rabia que es muy potente pero a la que cuesta entrar en lógicas más políticas o estructurales. Lo primero es reconocer claramente que ambas visiones son participación y reconocer que el asunto tiene que ver con el conflicto. Para mi un reto clave es entender qué hay detrás de esas rabias. Esa pregunta de Ricardo me resuena mucho: ¿al servicio de quién están la ansiedad y las pautas? Yo creo que la participación ha tenido que ver siempre con los momentos de crisis. Las viñetas de El Roto de los años 90 son las mismas de hoy día, esto no es nada inventado. Hay una dimensión detrás de la participación que es malestar, desajuste.
Amalio: necesitamos dedicar tiempo al diseño de arquitecturas para la participación, para que seamos capaces de encontrar eficiencia (eliminar el desgaste innecesario). Cuando no hay pautas suele ganar el más fuerte. Las pautas hacen que la igualdad de oportunidades aflore. La clave está en consensuar y diseñar adecuadamente las pautas, de forma que todos puedan agregar. De lo contrario se produce un desgaste y un abandono… que deja únicamente dentro a los frikis de la participación. A mi me interesa mucho conseguir resultados. Creo que hay que revalorizar la eficacia en estos contextos. Que el proceso sea rico no es incompatible con la idea de un resultado. Evitar costes innecesarios.
Jon: hay que tener también cuidado con no subordinar el proceso a las normas.
Amalio: estoy de acuerdo en que no se puede sobrediseñar. Pautas simples facilitan procesos complejos. Igual que hay entornos sobrepautados, yo me fijo más en el otro extremo. Tenemos mucha conversación anárquica que no da resultados.
Maite: (compartiendo los comentarios en el chat de Youtube) Pascual dice que debemos pensar en tecnologías de la participación. Marimar comenta que en la participación juvenil el fin en si mismo del proceso es muy importante porque de esa forma se aprende a participar.
Jon: ¿creéis que hay algo nuevo relacionado con la participación en este momento? Yo creo que sí, que no ha habido una crisis de representación como la que estamos viviendo. La desconfianza hacia los partidos políticos es impresionante. La gente vota sin creer. Hay un malestar profundísimo que sí es algo nuevo (a diferencia de crisis anteriores en las que, por ejemplo, la gente podía llegar a apoyar al nazismo… con fe).
Dome: estamos empezando a ser capaces de crear ambientes o contextos. La participación debe ir de aprendizaje, de coaprendizajes. Ese aprender con los demás es la base para crear un ambiente donde construir un imaginario común. Creo que lo que estamos empezando a experimentar es la posibilidad de formar parte de una construcción colectiva que se desliga de la representatividad. Para mí sí es nueva esa posibilidad de crear ambiente y contexto juntos. Y algo tiene que ver la tecnología.
Luis: tenemos que encontrar la manera entre todos de afrontar el reto del proyecto: construir colectivamente una publicación sobre la participación.
Ricardo: me interesa mucho cómo están afrontando el tema de la participación en A Coruña, desde otras subjetividades, como por ejemplo la presencia del cuerpo. En cuanto al debate sobre las pautas y la estructura, voy a recordar a Jo Freeman y su “tiranía de la falta de estructuras”. Coincidiendo en su diagnóstico quiero apuntar que es un texto de los años 70, la sociedad no es la misma, y prevenir de ciertas formas tecnocráticas y sobreestructuradas que estamos viviendo en la actualidad. También quiero mencionar un vídeo, “On rules and monsters”, de Christoph Spehr y Jörg Windszus. Una introducción a la cooperación libre, que plantea cómo podemos pasar de la cooperación forzada que nos propone el sistema a la libre cooperación.
Ronda de cierre
Ricardo: que si publicamos un libro sea un libro incómodo de leer. Un libro que nos muestre nuestros propios límites, que nos cuestione.
Pedro: que el libro fuera apropiable. Compartir el código.
Jon: el libro tiene que ser osado. La gente necesita palabras y hay que atreverse a darlas, a pesar de nuestras inseguridades.
Asier: yo sin embargo me he sentido muy torpe, muy sin palabras. Tengo que reflexionar y solo he echado de menos mujeres.
Amalio: me interesa de este proyecto: 1. imprescindible que el documento sea accesible para gente que no se mueve en nuestro terreno; 2. la “tecnología” del escalado, cómo hacemos que el grupo crezca manteniendo su capacidad constructiva.
José Luis: nos interesa una participación contextual. En concreto porque nuestro trabajo está centrado en una comunidad indígena nahua y no nos resulta útil un debate muy intelectualizado.
Dome: quiero incidir en la necesidad de crear espacios para la participación. Unos espacios que sean igual de cómodos e incómodos para todos: lo público, lo privado, la academia y la ciudadanía. Algo que estamos intentando en Valencia con la Factoría Cívica. Parecido a un proyecto que se está desarrollando en Tlajomulco, México, donde se experimenta con la inclusividad en su más amplio sentido. Incluso el cuerpo, como comentaba Pedro.
Enlaces proporcionados por Ricardo:
https://www.nodo50.org/mujeresred/feminismos-jo_freeman.html
https://www.colaborabora.org/2013/02/06/el-nombre-del-juego-es-cooperacion/
http://blogzac.es/burbujas-espumas-y-mares/
http://enclavedelibros.blogspot.com.es/p/beaubourg-una-utopia-subterranea.html?m=1